Ahí estás. Justo delante mía. Te da por mirarme, te miro, apartas tu mirada, me vuelves a mirar, agacho la mía. No sé que hacer. Me tiembla el pulso y siento mi corazón como si fuese a salirse de mi pecho. Escucho tu risa, ronrío y levanto la mirada, me encanta verte reir. Y descubro que estás en mil cosas a la vez, mientras yo centrada en tí, sólo en tí. ¿O a caso no te das cuenta? Imposible que no te des cuenta, es más, no sé disimularlo, ni puedo, ni quiero. ¿Para qué disimularlo? Te miro porque me encantas, y no puedo no hacerlo, creo que si no lo hago me sentiría vacía, es algo que necesito, contemplarte, no perderme nada de tí, ni tu silueta, ni tus movimientos, ni tus reacciones, ni tus pasos, ni tus gestos, nada. Y así, de esta manera, llenar el vacío que un día alguien me dejó, de esta manera, solo mirándote.
No hay comentarios:
Publicar un comentario