lunes, 30 de noviembre de 2015

"Encuentros equivocados"

Se lo dije a mi alma, a mis ojos.
Me lo dije a mí misma;

-No te detengas a mirar, a observar, a conocer.
Pero si alguien se acerca a ti con una sonrisa soñadora vuela alto y lejos. No te acerques.
Sigue tus pasos hacia adelante, y olvídate.-


Me lo dije durante días y meses.
Me lo dije durante noches, y en cada mañana.
Me lo dije en los sueños, y en cada despertar;

-Que nadie se atreva a entrar en ti y te robe los insomnios. Que nadie se atreva a introducirse por cada poro de tu piel dejándote con ansias de caricias. Que nadie te mire a los labios y te deje con el deseo de amar. Que nadie toque tu pelo sin que seguidamente se atreva con un beso.-

Pero que fácil es rogar y pedir, y que difícil es que tus sentimientos te obedezcan y se queden paralizados a un lado como si nada.

Que difícil hubiera sido no acercarme y no indagar en su irremediable sonrisa.
Que difícil hubiera sido no mirarle a los ojos y no quedarme fijamente mirando sus pupilas, esas que parecen tan capaces de bañar un mar inmenso y tan capaces de esconder el mundo entero.
Que difícil hubiera sido decirle a mis ojos que se apartaran de su pelo, de sus manos y de su piel. Una piel de terciopelo que sin saberlo araña mi alma. Una piel tan inocente y a la vez tan pícara. Tan deseosa y solitaria. Tan débil y tan suya.
Que difícil hubiera sido decirle a mi alma que siguiera su camino sin detenerse en su olor, capaz de embriagar mi interior y hacer que la tormenta se detenga y asome por fin los rayos del sol.
Que difícil hubiera sido no acercarme y no rogarle a mi instinto un intento, un último intento.
Que difícil es vivir cuando aparece ella, así como si nada. Como si pasara por mi lado y el mundo siguiera igual, como si no desequilibrara mi ganas y mi mundo, como si su forma de caminar no revolviera mis tripas y me entrara ganas de vomitar lo que siento y quisiera empezar de cero. A cuando todo era más fácil, a cuando ella aún no existía dentro de mi, a cuando suspirar no era más que sentir la libertad. Vomitar cada una de sus miradas que cada día me asoma a la duda, a la esperanza, al soñar y al volver a despertar. Miradas que no son más que encuentros equivocados y raros desacuerdos
entre su alma y la mía.

@inmamir89

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