Me hace...

Me hace contener la respiración, como si fuese a salir de mi pecho un sentimiento aliviado al soltar todo el aire contenido, un sentimiento que no es real, que no puede ser real. Me hace quedarme totalmente paralizada varios segundos con la mirada perdida y me hace olvidar por momentos el resto del vacío que existe en todo mi alrededor. Me hace manipular mi alma, me hace creer que nada es cierto, que todo caerá de la noche a la mañana, como si nada hubiese sucedido, como si su serena mirada fuese parte de un sueño, solo un sueño. Me hace pronunciar palabras desconocidas e incluso alguna frase sin sentido. Me hace desordenar, me desordena cada pensamiento, cada idea, cada palabra que intento reflejar en  un papel, desordena mi sueño antes de dormirme e incluso desordena instantes de mi día a día. Me hace suspirar, me hace contener la respiración, me hace creer que nada es cierto, me hace comprender que no todo es posible. 

Eran tantas mis ansiadas ganas de volverte a ver…

Eran tantas mis ansiadas ganas de volverte a ver… aunque fuese solamente en un reflejo, en una simple imagen ajena a mí completamente, en un pensamiento sin ningún tipo de distorsión. Esas ansiadas ganas de volver a ver tu sonrisa, que no la olvido, créeme, no puedo. Ha sido bonito, ha sido como si volviese a mí ese huracán de energía, como si mi alma se volviese a recomponer después de haberse roto en mil y un pedazos, y que bonito volver a sonreír mirándote, haciendo como si estuvieras ahí, frente a mí, hablando, riendo, mirándome con esos pequeños ojitos, diciendo nada y yo comprendiendo todo, a mi manera, como si en ese instante te murieras de ganas de acercarte a mí y poner tu mano sobre la mía. Es justo ahí, en ese momento, cuando he sentido un escalofrío por todo mi cuerpo, y mi piel erizada ha vuelto a gritar tu nombre desesperadamente. 

¿Cómo puedo seguir sintiendo algo tan grande? Un sentimiento del que no puedo alejarme, porque sé que aunque lo intente, cuando vuelva a verte volveré a caer, y volverá a aparecer en mí esa sonrisa tonta que me sale sin poder evitarlo. Y lo peor es que me doy cuenta que en mi momento más débil es cuando más necesito refugiarme en ti, que sin darme cuenta te he vuelto a buscar como si de una loca se tratase, como si no existiera mundo más allá que esa bella sonrisa. Y encontrarla… buscarla y encontrarla… y es que no sé qué sería de mí si no pudiera quedarme así, refugiada en ella, contemplándola sin apenas darme cuenta de que el tiempo pasa y no tengo de ti absolutamente nada.

Pues esto.

Que difícil mantenerme en estado de positividad en algunos casos concretos, como por ejemplo el de ahora, lo intento y lo intento, pero cuando veo que van varios días ya los que solo hago recibir malas noticias, me es imposible. Y no solo recibir malas noticias, sino también el echar de menos y el que pase cosas indeseadas. Y sí, como decía en mi anterior entrada, que caprichosa la vida... ya podría ser un poco más generosa conmigo... y bueno, no solo conmigo. Por que cuando tengo la sensación de que todo empieza a fluir como es debido ella vuelve a pisotearme, y así constantemente... siempre, y no levanto cabeza, y no encuentro el camino, la entrada hacia él, no la encuentro. Ya no sé si buscar, si quedarme quietecita, si seguir caminando, o si dejar que todo pase y que todo llegue cuando tenga que llegar, porque parece ser que no sirve de nada el mantenerme con la esperanza y la actitud de siempre, no sirve. Mi alma solo siente la falta de personas importantes para mí, y mi voz ahora mismo solo necesita el silencio para hablar y decirle todo con un abrazo y así entregarle toda mi fuerza, absolutamente toda, aunque me quede yo sin nada, me daría igual. Y es duro, por que sé que no necesita nada de mí, pero aún así y a pesar de muchas cosas, en este momento se lo volvería a dar todo, absolutamente todo.

Tenia que hacerlo...

No todo va a ser malo ¿no? No… no todo es malo. Y es que la vida te quita… pero también te da, y mucho. Y si hay algo importante que te suele dar, es el aprendizaje. Cuánto nos enseña, y cuánto nos hace darnos cuenta de las pequeñas grandes cosas. Y es que cuando algo me conmueve, me llega, y me revuelve el alma no me apetece otra cosa más que escribir y expresarme de esta manera. 

Esta vez me ha enseñando a volver a creer en algo que daba por perdido por completo, me ha enseñando a volver a tener la ilusión de saber que existen. Desde hace un tiempo, para mí, la palabra “amistad” perdió todo el sentido, al menos el que yo le daba, borré por completo de mi diccionario esas siete letras conjuntas que daban significado a gran parte de mi vida y que de un momento a otro pasó de ser todo a no significar absolutamente nada. ¿Y ahora me quedo con la sensación de haberme estado equivocando todo este tiempo? Pues no lo sé, quizás sí, quizás no… pero lo que sí es cierto es que estoy volviendo a creer que existen personas que son capaces de transportarte, hacerte olvidar y a la vez “entender” el significado de la palabra vida. 

Y cuánto de cierto es eso de que la vida te quita, pero también te da… Y te da… y al mismo tiempo te está quitando… cuánto de caprichosa puede llegar a ser. Y qué más da… que siga siendo caprichosa, que siga quitándome, y siga dándome, mientras que sean cositas como estas.

N&M, simplemente gracias... tenia que hacerlo... ;)

Necesito..

Necesito renovar mi alma, necesito renovar mi vida, necesito renovarme. Necesito vacíarme completamente, de todo, de recuerdos, de silencios, de palabras, de arrepentimientos. Necesito vacíarme también de todo lo que no dije, de miedos, de ilusiones fracasadas, de tormentos. Volver a liberarme, volver a comenzar, de cero. Necesito descubrir, experimentar, caminar, curiosear, no pensar y dejarme llevar. Necesito realizarme, mirarme, hablarme, escucharme y comprenderme. Necesito seguir, y no quedarme aferrada a un recuerdo, seguir y seguir... sin miedo, sin ti.

Esos días en los que necesito vacíarme y no sé de qué. Y es que llevo bastante tiempo sin escribir absolutamente nada, no sé si es casualidad o es que simplemente no hay nada que expulsar. Y no es por falta de sentir, ni tampoco por falta de tiempo, ni por falta de ganas. Realmente no sé muy bien el porqué, o quizás sí. Y es que me falta la inspiración, me falta su sonrisa, su mirada frente a frente, e incluso siento que me falta esa parte de mi... esa parte de mi que ni siquiera llegó a ser mía. 

Dificil de expresar quizás... dificil sentir y darme cuenta que pasan los días y yo aquí, sentada en mi sofá, sin saber cómo y dónde está, sin saber nada, absolutamente nada.