martes, 18 de junio de 2013

No lo olvides.


Me acuesto, cierro los ojos y no sé que me pasa pero a mi mente, sin poder evitarlo, le da por trasladarse al pasado, al pasado muy pasado, cuando todo marchaba bien, sin complicaciones, sin nada que aterrarme, cuando todo fluía, sin una razón por la que dejar de sonreír. A ese momento, al momento tan esperado, al momento que nunca olvidaré, al momento que me hizo saber quién era, y al momento que me hizo sentir como mi corazón podía latir por alguien sin ser yo. Por alguien, por ese alguien que cambió mi vida, y la cambió para bien,  por ese alguien que hoy no está y hay noches que no puedo evitar acordarme y derrumbarme. A pesar de todo, me derrumbo. Tengo motivos suficientes para hacerlo, para derrumbarme y pasarme la noche soñando con que nada a partir de ese momento cambiaría, nada absolutamente nada. Porque sé que eso es lo que lo que hubiésemos querido, las dos, que nada hubiese cambiado. 


A pesar del tiempo, de los segundos, de los minutos, de las horas, de los días, de los meses, y de los casi años, aun te recuerdo, no lo olvides, por favor, no olvides aquello que aquel día te dije.

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